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¿Sabes que son los pensamientos intrusivos? Por medio de la Palabra de Dios, podemos ayudar.

  • Foto del escritor: Por valentina Blanco
    Por valentina Blanco
  • 28 ene
  • 3 Min. de lectura

Una mente en batalla


Steve se despertó en medio de la noche con el corazón acelerado. Otra vez, esos pensamientos que el no quería tener invadieron su mente. No importaba cuánto orara o intentara distraerse, parecía que aparecían de la nada: imágenes, dudas, miedos irracionales, pensamientos que le hacían cuestionar su fe y su propia cordura.


—¿Por qué estoy pensando esto? ¿Soy un mal cristiano? ¿Dios se ha apartado de mí? —se preguntaba, con mucha tristeza y angustia.


Esa mañana, decidió hablar con su amigo Matt, un hermano maduro en la fe. Tembloroso, le confesó lo que pasaba.


—No sé qué me pasa. Oro, leo la Biblia, pero estos pensamientos vienen sin que los quiera. Me siento impuro, siento que algo anda mal en mí…


Matt lo miró con compasión y le dijo:


—Steve, lo que estás viviendo no te define. No es tu identidad. Pero hay esperanza.


Así comenzó un camino de sanidad, donde Steve aprendió que los pensamientos intrusivos no son pecado en sí mismos, sino una batalla espiritual y mental que debe ser enfrentada con la verdad de Dios. (Gracias Steve por tu testimonio. Seguimos orando por tí).


"Todos los días debemos batallar espiritualmente y enfrentar nuestros pecados con la verdad de Dios."

1. ¿Qué son los pensamientos intrusivos?


Los pensamientos intrusivos son ideas, imágenes o impulsos no deseados que invaden la mente de una persona sin su consentimiento. Pueden ser angustiantes, irracionales y repetitivos. Muchas veces, quienes los sufren sienten culpa, miedo o desesperanza.


Estos pensamientos no reflejan el corazón de la persona ni su voluntad. Son ataques de la mente, muchas veces influenciados por el estrés, la ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) e incluso las luchas espirituales que enfrentamos a diario.


Romanos 7:15 – “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.”

El apóstol Pablo también experimentó una lucha interna. No todo pensamiento que pasa por nuestra mente define quiénes somos.



2. ¿Cómo aconsejar a alguien que sufre pensamientos intrusivos?


  • No lo juzgues ni lo condenes.


Muchos cristianos con pensamientos intrusivos sienten vergüenza de compartir su lucha. Es fundamental ofrecer un espacio seguro donde puedan hablar sin temor al rechazo.


Gálatas 6:2 – “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.”

  • Enséñale que los pensamientos no lo definen.


Tener un pensamiento no significa que sea real o que defina su identidad. Muchos pensamientos son simplemente ataques del enemigo o síntomas de ansiedad.

2 Corintios 10:5 – “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”

La clave está en no alimentar esos pensamientos ni identificarse con ellos.


  • Dile que reemplace la mentira con la verdad de Dios.


Los pensamientos intrusivos suelen basarse en el miedo y la mentira. Es importante que la persona renueve su mente con la Palabra de Dios.


Filipenses 4:8 – “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

  • Dile que no luche contra los pensamientos, pero que tampoco los abrace.


Muchos intentan “luchar” contra los pensamientos intrusivos, pero esto solo los refuerza. Es mejor aceptar que están allí sin darles poder y volver la atención a la verdad de Cristo.


Isaías 26:3 – “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.”

  • Anima a buscar ayuda médica si es necesario.


Algunos pensamientos intrusivos pueden estar relacionados con condiciones médicas como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o ansiedad severa. En estos casos, la ayuda de un profesional de la salud cristiano puede ser fundamental.

Proverbios 11:14 – “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad.”

Amado hermano si estás luchando con pensamientos intrusivos, recuerda esto: Dios no te condena, Él te fortalece. No eres tus pensamientos. No estás solo. Dios ha prometido renovar tu mente y sostenerte en esta batalla.


Salmo 94:19 – “En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.”

Si necesitas ayuda, no dudes en hablar con un líder espiritual, un amigo de confianza o un profesional cristiano. La sanidad comienza cuando dejas de luchar en silencio y permites que Dios y Su pueblo caminen contigo.

 
 
 

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