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Cómo ser una mujer bíblica y evitar la pereza para orar y leer la Biblia

  • Foto del escritor: Por valentina Blanco
    Por valentina Blanco
  • 23 may
  • 3 Min. de lectura

Una historia real para corazones cansados.


Marietta se despertaba cada día con la intención de buscar a Dios. Había escuchado tantas veces que una "mujer bíblica" es aquella que ora, estudia la Escritura, y vive sometida a la voluntad de su Señor. Pero las redes sociales la atrapaban apenas abría los ojos. El café en mano, el scroll interminable en Instagram. Cuando se daba cuenta, habían pasado dos horas y su corazón estaba más ansioso que alimentado. La Biblia seguía cerrada. Su alma, vacía.


Esa escena se repitió muchas veces. Y con cada día que pasaba, Marietta sentía culpa. "No soy como las mujeres de Proverbios 31", pensaba. Pero lo que no sabía era que Dios no estaba esperando perfección, sino un corazón dispuesto a rendirse de nuevo.


"Ser una mujer bíblica comienza con Cristo, no con rendir."

La mujer bíblica no nace de la disciplina vacía, sino de una relación viva con Jesucristo. El evangelio no es un llamado a rendir más, sino a morir al yo para vivir por fe.


"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" (Gálatas 2:20).

Marietta comenzó a entender que lo que la alejaba de Dios no era solo su celular, sino su corazón que buscaba consuelo en otra fuente.


La pereza espiritual es real, pero también es una batalla ganada en Cristo.


"El problema no es el tiempo, es el deseo."

"Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" (Mateo 6:21).


El anhelo por otras cosas no se vence con culpa, sino con una visión más gloriosa de Cristo. Cuanto más vemos Su hermosura en la Palabra, menos atractivo tiene el mundo. Marietta comenzó a poner su Biblia encima del celular cada noche. Al despertar, lo primero que veía era la Palabra. Y antes de abrir Instagram, abría el Salmo del día.


"La gracia te entrena, no te acusa."

"Porque la gracia de Dios se ha manifestado... enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente" (Tito 2:11-12).


La gracia no solo salva, también transforma. No te dice: "Esfuérzate para ser amada por Dios", sino: "Dios te ama, por eso ahora esfuérzate en Su poder". Marietta aprendió a dejar de intentar "ganarse" el favor de Dios. Empezó a orar con torpeza pero con sinceridad. Cinco minutos al principio. Luego diez. Y en poco tiempo, su corazón perezoso comenzó a anhelar los momentos con su Señor.


Dios no busca devociones perfectas, sino corazones quebrantados (Salmo 51:17). Cada pequeña decisión que tomamos para buscarle, por más simple que parezca, es una semilla de fidelidad que el Espíritu Santo riega con gracia.


Querida amiga,


Si te sientes como Marietta, no huyas de Dios por vergüenza. Corre hacia Él por gracia. No necesitas méritos, necesitas rendición. La mujer bíblica no es la que nunca cae, sino la que corre a Cristo cada vez que cae.


Intentemos esto:


1. Ora aunque tengas sueño: dile al Señor "no quiero orar, pero quiero querer hacerlo".



2. Lee un salmo al día: deja que la Palabra te forme.



3. Busca una hermana en la fe que te anime y te recuerde tu identidad en Cristo.



4. Haz de la obediencia un deleite, no una carga. "Me deleitaré en tus estatutos" (Salmo 119:16).



5. Recuerda que no estás sola: El Espíritu Santo es tu Ayudador y te fortalece para buscar al Señor.


Ser una mujer bíblica no comienza en el esfuerzo, sino en la cruz. Y desde allí, caminarás cada día con la fuerza de Aquel que te amó primero.

 
 
 

2件のコメント

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Priscila
6月10日
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Gracias necesitaba leer esto. Dios les bendiga.

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ゲスト
6月10日
5つ星のうち5と評価されています。

Excelente

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