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El camino del perdón

  • Foto del escritor: valentina Blanco
    valentina Blanco
  • 16 nov 2024
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 21 nov 2024


Quiero compartir contigo una historia de redención y gracia en medio del dolor. Es la historia de Rocío, quien enfrentó las consecuencias de una decisión equivocada, pero también experimentó el poder transformador del perdón en su matrimonio. Tal vez tú o alguien que conoces está pasando por una situación similar. Este testimonio es un recordatorio de que, en Cristo, siempre hay esperanza y restauración. ¿Te gustaría escuchar cómo Dios puede obrar incluso en los momentos más difíciles?


"El perdón no es un sentimiento, sino una decisión basada en la gracia de Dios."

Rocío vivía una vida aparentemente perfecta. Su matrimonio con Daniel, un hombre temeroso de Dios y amoroso, era visto por todos como un ejemplo. Sin embargo, en un momento de debilidad y tentación, Rocío cometió un error devastador: tuvo una relación con su mejor amigo, Javier. La culpa la consumió rápidamente, y la vergüenza la llevó a confesarlo todo a Daniel.


Cuando Rocío confesó su infidelidad, lo hizo entre lágrimas, esperando el fin de su matrimonio.

Daniel, aunque herido profundamente, no reaccionó como muchos podrían imaginar. Tomó tiempo para orar, llorar y buscar la guía de Dios. Recordó las palabras de Jesús: "Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre" (Mateo 19:6). Aunque el dolor era real, también lo era su fe en un Dios que redime.


Daniel decidió perdonar a Rocío, no porque fuera fácil o porque las heridas desaparecieran de inmediato, sino porque entendió que él mismo había sido perdonado innumerables veces por Cristo. Le recordó a Rocío las palabras de Efesios 4:32: "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo."


Con humildad y arrepentimiento, Rocío se comprometió a restaurar su matrimonio.

Buscó consejo bíblico, fortaleció su relación con Dios y trabajó con Daniel para reconstruir la confianza rota.


Aunque el camino fue largo, ambos aprendieron que el perdón no es un sentimiento, sino una decisión basada en la gracia de Dios.


Ésta es una historia bastante complicada y una de las más dificiles de perdonar, pero en Dios, créeme que podemos ser restaurados, a veces aprovechamos este momento para abandonar el barco, tal vez porque "ya no me gusta físicamente mi esposo o esposa" , "Quiero volver a sentir las llamadas mariposas en el estómago", "Quiero sentirme joven otra vez", mi esposo me descuidó por la obra del Señor", etc. Podría nombrar mil excusas, pero, déjame decirte que ninguna de ellas justifica el divorcio, solo satanás vino a destruir, no cometamos el error de escuchar la voz de la serpiente. Todo tiene solución.


Si, Hay excepciones para una separación, cómo el maltrato físico y verbal, pero, de esto hablaremos en otro artículo.


La historia de Rocío y Daniel refleja la verdad de que el matrimonio es un pacto sagrado que simboliza la relación entre Cristo y Su iglesia (Efesios 5:25-27).

En un mundo caído donde el pecado nos hiere y separa, el evangelio nos recuerda que el perdón no solo es posible, sino necesario. Jesús nos perdonó cuando éramos Sus enemigos (Romanos 5:8), y como Sus seguidores, estamos llamados a reflejar ese mismo amor y gracia en nuestras relaciones.


Aunque la infidelidad es una falta grave, el matrimonio de Rocío y Daniel fue restaurado porque Dios es quien sana y renueva. Este testimonio apunta a la fidelidad de Dios, quien es capaz de redimir incluso las situaciones más oscuras para Su gloria y nuestro bien (Romanos 8:28).


Demos Gloria a Dios.


Por: Valentina Blanco

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